Jimena Antelo fui mamá a los 16 años estudiaba, trabajaba y criaba
Jimena Antelo, destacada figura pública en Bolivia, compartió su experiencia de vida en una entrevista que ha resonado ampliamente. A los 16 años, Jimena enfrentó una realidad desafiante: convertirse en madre mientras estudiaba, trabajaba y criaba. Este camino, aunque difícil, la convirtió en una mujer resiliente y responsable, marcando su vida de manera profunda.
Jimena recuerda cómo la llegada de su primer hijo transformó su perspectiva. “El primer año lo viví con ilusión, pero rápidamente me di cuenta de que la vida no era como la imaginaba. Tuve que enfrentar grandes responsabilidades siendo aún una niña”, explicó. Pese a las adversidades, Jimena nunca dejó de estudiar, un valor inculcado por su madre, a quien describe como un pilar fundamental en su desarrollo personal y profesional.
“Mi madre me obligó a estudiar y trabajar, y eso fue maravilloso. Me dio la responsabilidad que necesitaba para salir adelante”, afirmó. Aunque su primer matrimonio no funcionó, Jimena destacó que su hijo fue el mayor regalo de esa etapa. Tras su divorcio, encontró un nuevo compañero que apoyó su crecimiento personal y familiar, consolidando una unión de 17 años y formando una familia sólida con dos hijos.
En su testimonio, Jimena enfatizó la importancia de que las mujeres tengan independencia económica. “Si una mujer no trabaja, siempre estará disminuida. Es clave empoderarse, estudiar y buscar crecer, porque solo así se puede evitar que otros te limiten o te pisoteen”, aseguró.
Jimena también reflexionó sobre los retos que enfrentan las jóvenes en Bolivia, donde la sexualidad comienza a edades tempranas y muchas chicas quedan embarazadas sin el apoyo adecuado. Su mensaje fue claro: “Nunca dejen de estudiar ni de formarse. Aunque sea duro, esa tormenta pasará. Nosotras, las mujeres, podemos salir adelante, y yo soy un ejemplo de ello”.
Con su historia, Jimena inspira a muchas madres jóvenes, demostrando que, con esfuerzo y apoyo, es posible superar las adversidades y construir una vida plena. Su mensaje de fortaleza y esperanza resalta la importancia de la educación, la independencia y el apoyo familiar como claves para el éxito.
No paraba de llorar en la graduación del hijo que crie sola
Jimena Antelo, conocida presentadora boliviana, compartió un emotivo momento de su vida: la graduación de su hijo mayor, a quien crió prácticamente sola. Este evento fue una mezcla de orgullo y felicidad para Jimena, quien confesó que no pudo contener las lágrimas mientras veía a su hijo desfilar en la ceremonia.
“Lloré durante todo el desfile. Sentí que logré algo realmente importante en la vida: que mi hijo saliera profesional. Era mi logro, mi recompensa por todos los sacrificios realizados”, afirmó emocionada.
Jimena recordó que, aunque tuvo el apoyo de su madre, fue ella quien asumió la mayor responsabilidad económica y emocional al criar a su hijo mayor, Fernando. “Mi mamá me ayudó, pero económicamente fue una lucha constante. El papá de Fernando es una buena persona, pero no podía solventar la universidad. Mi hijo estudió en Chile, y verlo graduarse fue la confirmación de que todo valió la pena”.
Además, Jimena celebró otro gran logro familiar hace un año, cuando su hijo menor, Diego, se graduó en Barcelona con un título en negocios con mención en tecnología. Comparando ambas experiencias, destacó que Diego tuvo un apoyo económico más estable gracias a su padre, pero el orgullo y la emoción fueron iguales.
“Trabajé para darles el mejor futuro posible. Quizás no pude enviarlos a las universidades más reconocidas del mundo, pero sí a las mejores que pude pagar. Verlos graduarse me llena de orgullo. Mis hijos son mi mayor triunfo”, expresó.
Jimena también se describió como una madre muy emotiva. “Soy de esas mamás que lloran a moco tendido en las ceremonias. En la graduación del colegio de Fernando, no paraba de llorar, y él me decía: ‘Mamá, no llores’, pero no podía evitarlo”.
Sus hijos, Fernando y Diego, ahora son profesionales destacados: Fernando, ingeniero civil industrial con un máster en finanzas, y Diego, experto en negocios y tecnología. Jimena sigue llamándolos “Fernandito” y “Dieguito”, a pesar de que ambos son hombres hechos y derechos.
Con su historia, Jimena Antelo inspira a madres y padres, demostrando que, aunque el camino pueda ser difícil, los sacrificios por los hijos siempre valen la pena. Verlos triunfar es el mayor regalo que la vida puede ofrecer.