Grisel Quiroga despide a su mascota chimuelo y abre el corazón

La presentadora boliviana Grisel Quiroga sorprendió a sus seguidores con un post en redes sociales cargado de honestidad y dolor: confirmó la partida de Chimuelo, su querido perrhijo, y abrió una ventana íntima a su proceso de duelo. Con palabras directas, sin filtros ni poses, la conductora de Red Uno reveló que atraviesa uno de los golpes más duros para cualquier familia que ama a sus mascotas: despedir a ese compañero que se vuelve parte del hogar y de la rutina.
“No me consuela saber que lo amé, que lo cuidé, que él fue amado… no voy a fingir que lo estoy aceptando ni que hoy estoy mejor que ayer”, escribió. La frase encapsula el tono de todo su mensaje: vulnerabilidad, corazón roto y cero intención de ocultar lo que siente. Para muchos, la figura pública siempre está “lista” para el show; Grisel, en cambio, decidió decir en voz alta lo que muchos viven en silencio: a veces no estar bien, está bien.
En su publicación, la presentadora recordó los años en los que la televisión exigió “sacar sonrisa” pese a las tormentas personales. “Durante muchos años en esta carrera del entretenimiento he sabido ocultar mil dolores”, confesó, describiendo la paradoja de trabajar en un medio que pide entretenimiento cuando lo que uno necesita es pausa y abrigo. Aun así, remarcó que siempre priorizó a su público, entendiendo que su labor era “regalar una sonrisa”. Hoy, esa sonrisa se quiebra con la pérdida de Chimuelo, y Grisel se permite pedir algo poco habitual en la farándula boliviana: contención y empatía.
El impacto de su mensaje no tardó en sentirse. Entre comentarios, reacciones y muestras de apoyo, sus seguidores entendieron que no era un simple anuncio, sino un acto de valentía emocional: mostrar la herida en tiempo real. En un ecosistema digital saturado de perfección, filtros y poses, la decisión de Quiroga destaca por su autenticidad. Pocas veces una figura del prime time admite con tanta claridad: “Hoy no quiero fingir”.
Para su hijo, la pérdida también cala hondo. “Tengo el corazón roto al igual que mi hijo”, escribió, recordándonos que los animales de compañía atraviesan generaciones dentro de una misma casa: crecen con los niños, acompañan rutinas, celebran logros, consuelan en días difíciles. Por eso duele: porque Chimuelo no era “una mascota más”, era parte del lenguaje afectivo de la familia.
Este episodio deja varias lecciones que van más allá del chisme: primero, que la salud mental también se cuida en la farándula; segundo, que pedir abrazo –aunque sea digital– es una forma válida de sanar; tercero, que el amor por los animales no tiene jerarquías, y el duelo por un perrhijo merece respeto. Si el entretenimiento se trata de acompañar, hoy el público acompaña a Grisel Quiroga en silencio, con mensajes que buscan cobijar.
Desde esta redacción nos sumamos al abrazo colectivo: QEPD Chimuelo. Y que esta despedida sirva para recordar que, incluso en la pantalla, los corazones laten de verdad. Para quienes hoy estén pasando por algo similar, tomen nota del gesto de Grisel: permitirse sentir, pedir apoyo y no fingir también es una forma de cuidarse.