Música

La Polémica Que Sacude a los Bolivia Music Awards

¿Premios Oportunidad o Negocio?

n el mundo del espectáculo juvenil latinoamericano, pocas cosas prenden tanto las redes como una buena polémica, y esta vez, el centro del escándalo es nada menos que una de las premiaciones más importantes del país andino: los Bolivia Music Awards. Todo comenzó cuando el artista @dropdbaby, cantante boliviano radicado en Estados Unidos, denunció públicamente que la organización le pidió 350 dólares para asistir a la gala de premiación. Sí, leíste bien: ¡pagar por ir a recoger un premio! 🤑

La denuncia cayó como bomba en el medio musical, desatando una ola de reacciones a favor y en contra. «No debería cobrarse para asistir a una premiación», declaró Dropdy en redes, abriendo un debate que tocó una fibra muy sensible: ¿cuánto vale el reconocimiento en la industria musical?

Tras sus declaraciones, varias figuras del medio comenzaron a alzar la voz. La cantante Ludela Tower, reconocida por haber sido premiada tres años consecutivos en los Bolivia Music Awards, rompió el silencio:

«Jamás pagué nada y nunca me insinuaron tal cosa. Me duele saber que ahora se está condicionando el reconocimiento al dinero.»
Con eso, anunció su desvinculación total de cualquier premiación que exija pagos económicos a los artistas.

A ella se sumó la cantante urbana Gaby Ferreira (Gaby Lashori), quien también se pronunció con firmeza:

«Mi camino ha sido respaldado por el público, no por pagos bajo la mesa. No asistiré a ninguna otra premiación en Bolivia.»

Incluso la agencia ZZ Agencia Integral, que había trabajado con los Bolivia Music Awards por tres años consecutivos, decidió cortar lazos este 2024 por “diferencias en el modelo de gestión”.

Pero no todo fue rechazo. La organización también recibió apoyo. Bonnie Lobby defendió a los organizadores afirmando que la situación económica del país obliga a tomar decisiones difíciles y que el evento busca promover la industria musical nacional. En la misma línea, la cantante Flavia Meyer —conocida por su participación en el reality “La Gran Batalla”— expresó su empatía con el organizador y resaltó la falta de apoyo estatal al arte en Bolivia.

Por su parte, Diego Alba, el director del evento, salió al frente con un extenso video de 15 minutos. En su descargo, explicó que el cobro fue una opción voluntaria para cubrir los costos de una gala que no logró conseguir patrocinadores este año.

«Invertí mi propio dinero para levantar la industria. Este año no hubo apoyo empresarial y por eso, quien quisiera asistir, debía cubrir un costo adicional,» explicó Alba.

En medio de esta tormenta de opiniones, queda claro que el debate sobre si los artistas deben pagar por su reconocimiento recién comienza. ¿Es válido cobrar cuando no hay fondos o se trata de una práctica injusta y excluyente?

La comunidad artística boliviana está dividida, pero lo cierto es que esta polémica ha dejado algo en claro: los premios, más que un reconocimiento, se han convertido en el reflejo de una industria que todavía está buscando su rumbo.

Y tú, ¿de qué lado estás? Te leemos en los comentarios.

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