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Fiorella Zamora Subí 30 kilos en mi embarazo y no me arrepiento

El potente mensaje de Fiorella Zamora contra las críticas

La exintegrante de Calle 7, Fiorella Zamora, se cansó de los comentarios malintencionados y lanzó un mensaje que hoy hace eco en redes: “subí 30 kilos en mi embarazo y no me arrepiento”. Lejos de esconderse, la creadora de contenido —bajo su usuario @fiorellazoe_zamora— compartió un video íntimo en el que pone en su lugar a quienes opinaron sobre su cuerpo tras su reciente maternidad. El resultado: un testimonio que combina honestidad, ternura y un golpe directo al body shaming.

Fiorella lo cuenta sin vueltas: cada kilo que llegó durante el embarazo tiene una historia. Habló de amor, de antojos cumplidos, de momentos de miedo y también de una fuerza que no conocía hasta convertirse en mamá. Y en el centro de todo, la razón que explica ese cambio físico: su hijo Matías Benjamín. “Mi cuerpo cambió, sí… pero me regaló lo más perfecto de mi vida”, escribió. Con esa frase, convirtió lo que muchos usan para atacar —el peso— en una medalla de orgullo.

En tiempos en los que la presión por “volver al cuerpo de antes” se siente a la orden del día, su postura es clara: mostrar el proceso sin vergüenza. “No es un cuerpo roto, es un cuerpo que creó vida”, remarcó. Y ahí está el corazón de su mensaje: dejar de mirar el espejo con culpa y empezar a contar la historia detrás de cada marca, cada estría, cada número en la balanza. Porque, como recuerda Fiorella, detrás de cada cambio físico hay una historia que merece respeto.

La publicación también trae un llamado directo al entorno: antes de opinar sobre el cuerpo de una mamá —o de cualquier persona—, mejor apoyar. Esa línea pega fuerte en una cultura digital donde un comentario puede convertirse en sentencia. Fiorella invierte la lógica del “qué dirán” y pone sobre la mesa algo básico pero urgente: empatía. A sus seguidoras y seguidores, especialmente a las mamás que están atravesando el posparto, les deja un abrazo: no están solas. No es fácil, pero con amor y paciencia se transitan los cambios.

Como buena comunicadora, cierra con una pregunta que abre conversación: ¿qué admiras de tu propio proceso o del de una mamá cercana? La invitación no es casual: busca que las audiencias —sobre todo las más jóvenes— cambien el foco del juicio por el de la admiración y el autocuidado. En otras palabras, que las redes vuelvan a ser espacio de comunidad y no de ataque.

Más allá de la anécdota, hay una enseñanza: cuando una figura pública toma su vivencia y la vuelve relato, habilita a otras a hablar. Por eso este no es solo un titular potente para el mundo de la farándula; es una pieza de conversación social que empuja hacia una cultura más saludable. Si algo deja claro Fiorella Zamora es que el “no me arrepiento” no va de desafiar por desafiar, sino de nombrar con valentía el camino que muchas transitan en silencio. Y si alguien aún duda, una última idea para llevarse: el mejor “antes y después” es el que se mide en bienestar, no en kilos.

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